Esta vez un blog escrito por una alumna de “Spaans in Limburg” que fue a Guatemala.

La semana pasada fui a Guatemala, para visitar algunas escuelas construidas por la Fundación PIMMA de Maastricht. Soy miembro de la dirección de esta fundación y por fin podía ver los proyectos que PIMMA ha realizado. Obviamente, estoy muy motivada para trabajar por una fundación que ayuda a los niños en Guatemala, pero ver las escuelas en la realidad es otra cosa. Ahora estoy más motivada que nunca!

 

PIMMA ha construido nueve escuelas en Guatemala y en El Salvador. Nosotros visitamos seis escuelas la semana pasada. Puedo escribir un libro sobre todo lo que vi, pero para este blog voy a escribir sobre solo un proyecto.

 

Entonces, desde hace tres años, PIMMA está trabajando juntos con una fundación local que se llama ‘Fundamam’. Esta fundación quiere proteger la cultura indígena/maya. Fundamam ha ayudado a construir la última escuela, este año. La escuela se llama ‘Avestruz’. La forma básica es un círculo con cuatro puntos que refieren a la cultura maya. El patio donde los niños juegan está en el centro. Por eso, los niños pueden jugar con toda seguridad dentro de las paredes de la escuela. También, la escuela es cómo una comunidad, todos están juntos en el patio y las aulas.

 

La directora de la escuela es una mujer, que ofrece una perspectiva positiva para la emancipación de las mujeres mayas. Ella estaba muy agradecida, cómo toda la gente que encontramos la semana pasada. La inauguración de la escuela Avestruz fue una fiesta grande, con bailes típicos de Guatemala, con música de marimba y con discursos del alcalde de la comunidad y los profesores de la escuela. También recibimos regalos: artesanías típicas de muchos colores. A veces me sentí muy emocionada, porque la gente fue muy amable y estaba muy agradecida, solamente porque PIMMA realiza escuelas en su pueblos. Pero obviamente, mucha gente en Guatemala no tiene nada y la educación significa que podrá tener una vida mejor. Eso era muy difícil: ver la pobreza en Guatemala. Pero como dije en el principio de este blog, estoy más motivada que nunca para trabajar con PIMMA. Nunca olvidaré las caras de los niños en Guatemala, sonrientes porque tienen una escuela.